VICTIMA DEL TIEMPO
He vuelto a subir los peldaños del
monte donde se encontraba mi casa, y me he vuelto a sentar en el mismo escalón
durante horas esperándole. Cuento los minutos que a veces parecen acelerarse y
otras veces ralentizarse. Las agujas van hacia atrás y hacia delante. El reloj
comienza a cambiar y cae al suelo haciendo un agujero infinito.
A lo lejos veo a mi padre y voy
corriendo a cogerle de la mano para no soltarlo nunca más, pero al acercarme
desaparece y me doy cuenta de que solo era un espejismo. ¡Grito su nombre
porque juro que lo he visto! Y el sol se evade del cielo convirtiéndose en una
estrella más, entonces, miro a cualquier parte y a ninguna y corro bajo la
penumbra de las casas que van derrumbándose peldaño a peldaño y, al igual que
el reloj, desaparecen bajo tierra. Vuelvo a ver a mi padre en una calle
paralela, va de la mano de una niña que parece que nota mi presencia. Mira
hacia atrás y al verme sonríe y me dice algo que no acabo de entender,
entonces, caigo en la cuenta de que esa niña soy yo. Les llamo pero parecen no
escucharme. Mi padre la coge en brazos, los dos se sonríen y desaparecen en un
instante eterno, y yo vuelvo a abrir los ojos y despierto en mi soledad,
víctima del tiempo.
Selene Urbano Molina